
Artículo para la revista «Las Águilas AL DÍA», de la Asociación de Vecinos Las Águilas.
Vivienda: resistiendo al imperio de la codicia
Si puedo sacar más dinero, ¿por qué pedir menos?
Parece que la ley del máximo beneficio se nos ha colado como algo “evidente”. Si la cuestionas, te miran con sorpresa y se ríen de ti. La codicia es lo que mueve el “mercado”. Y el “mercado” es el que manda.
Caravana Solidaria es una pequeña asociación implantada en nuestro barrio de Las Águilas. Tratamos de dar respuesta a dos problemas bien sencillos y tremendos: la dificultad del acceso a la vivienda, y la soledad en la que se pierde mucha gente.
Ya sabemos lo complicado que está encontrar vivienda para quien tiene pocos recursos. ¿Cómo alquilarte una habitación si ganas menos de 600€, si no puedes pagar dos o tres meses de adelanto, o tienes niños pequeños, o trabajas en economía sumergida, o eres migrante sin papeles, o estás en paro, o…? Y ¿cómo desenvolverte en la vida sin familia que te apoye, sin gente a quien recurrir, quizás con problemas cognitivos, sin comprender los líos de la administración pública…?
En Caravana alojamos a personas en pisos que alquila la asociación, y ofrecemos red de apoyo y actividades de grupo, de manera que formemos una especie de familión en el que nadie se quede descolgado. En este momento, tenemos cuatro pisos, con 14 personas alojadas. Acompañamos a 12 personas más, aunque no tengamos vivienda para ellas.
Todo esto se sostiene gracias a la ayuda de algunas personas que ofrecen regularmente una cuota, a la contribución de las propias personas alojadas, y a las subvenciones que a veces conseguimos en algunas entidades.
Si tuviéramos más pisos disponibles, podríamos alojar a más gente, claro está. Pero es difícil dar con propietarios dispuestos a confiar en una iniciativa como ésta. Os lo decía antes: la norma general es buscar el máximo rendimiento posible. Si tenemos cuatro pisos es porque hemos encontrado personas que, comprendiendo el alcance social del proyecto, han aceptado sacarle a su piso menos beneficio del que podrían. Por ejemplo: en vez de cobrar 1.100€ al mes, nos cobran en torno a los 800€. Es decir, renuncian al precio “de mercado”, y ponen un precio más asequible para que otras personas puedan tener un hogar.
Desde aquí, permítanme felicitar a estas personas generosas que van contracorriente, oponiendo a la ley dominante de la codicia, una valiente resistencia de cordura y humanidad. Personas que comprenden que las propiedades están al servicio del bien común, y que una sociedad es grande en la medida en que sabe cuidar de los más débiles. ¡Enhorabuena! ¿Se apunta alguien más a esta resistencia?
Está fenomenal el artículo, Javier.
¡Muchas gracias! Lo reenviaré a las amistades. Un fuerte abrazo